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Arquitectos: EIXO Z arquitetos
- Área: 70 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Miti Sameshima
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en un edificio diseñado por Artacho Jurado, en el barrio de Vila Buarque, el Apartamento Praça fue concebido para un joven arquitecto que decidió mudarse al centro de la ciudad de São Paulo.
El inmueble de 70m² pasó por una reforma integral, que buscó maximizar la integración entre los espacios. Excepto las paredes que delimitan el baño, todas las demás fueron demolidas, creando así un gran ambiente abierto y multifuncional. La nueva organización del apartamento introdujo flexibilidad y la superposición de usos y funciones (cocinar, trabajar, dormir y socializar), en línea con el estilo de vida relajado del residente, quien también es coautor del proyecto. Imaginaba usar el espacio tanto para fiestas y eventos sociales, como para momentos de intimidad y reflexión.
El proyecto priorizó el uso de materiales naturales, en su mayoría ya presentes en el propio edificio. Los pilares, vigas y losas fueron despojados, revelando el gris del concreto, mientras que las paredes ahora exhiben sus ladrillos macizos.
Un elemento destacado es el gran banco de concreto, diseñado especialmente para el apartamento, que hace referencia a los bancos presentes en las plazas públicas. El banco del Apartamento Praça también funciona como un elemento arquitectónico, organizando los espacios sin segregarlos. Actúa como una línea visual, un hilo conductor que comienza en la puerta de entrada y termina en el extremo opuesto, cerca de las grandes ventanas y la vista de la ciudad.
Las grandes aberturas de piso a techo, que miran hacia la Plaza Roosevelt, el Copan y el Edificio Italia, fueron una de las características más apreciadas del inmueble. Con el fin de aprovechar la entrada de luz y ventilación natural, el proyecto buscó resaltar los espacios cercanos a las ventanas, mediante la aplicación de guijarros en el piso, la instalación de macetas suspendidas con plantas bajo la losa, la preferencia por una mesa bistró con taburetes, y por una hamaca para relajarse y admirar el horizonte, creando una sensación de balcón, aunque en el interior.
En esta misma línea, la elección de un material translúcido y ligero pareció ser la alternativa más adecuada para cerrar el dormitorio, garantizando momentos de privacidad sin perder la sensación de amplitud e integración logradas con la demolición de las paredes. Construido en acero y policarbonato, este cubo cristalino se destaca entre los elementos circundantes, casi como si estuviera encajado entre las paredes, pilares y vigas. En contraste, los elementos de carpintería, realizados en contrachapado naval, son opacos y coloridos, cumpliendo con los requisitos de almacenamiento y organización diaria.
Más allá de la materialidad de la arquitectura, la selección muy personal de muebles, objetos y cuadros incorporados al espacio por el residente, fue fundamental para garantizar la sensación de acogida y confort deseada. La mezcla variada de piezas, algunas nuevas, otras heredadas, los numerosos libros y adornos repartidos por las estanterías de acero y madera, crean una atmósfera única, donde la superposición de texturas y formas se fusiona con el fondo de concreto y ladrillo, volviéndolos armónicos e indisolubles.